jueves, julio 13, 2006

Salve Oh Regina!


No maldigas mi nombre ni me llames arpía
que no eyacule tu boca palabras malditas
que intensas fueron las horas en el que mi cuerpo
abrigo al tuyo

Mortales cayeron las deshonras de tus lanzas
a mi seno que tuvo a tu hijo usurpando mi vientre

Maldigo el momento en que extirpaste
el tul de mi cuerpo que cubría la honra
de las vírgenes ancestrales de mi honroso linaje

Nos cubrieron varias lunas menguantes y un silencio
que termino al desatarse la batalla de tu injuria
cayeron las horas tal cañones de fuego
dejaron vacíos a los fieles sirvientes
y al pobre bastardo hijo de mi vientre

Inocente el pequeño abandonado entre plebeyos ha quedado
y yo, yo te busco entre tus compañeros de lucha
mi mirada te encuentra al instante
fuiste único
lo que ven mis ojos es el reencuentro
el reencuentro de tu cuerpo inerte y putrefacto
entre la tormenta sangrienta de una lucha inútil

Huiste cobarde cual siempre lo fuiste,
sin retorno, escapaste al infinito eterno
en el que no podré cobrar venganza de tu acto
doloroso mi pecho se siente ante tal escena
ahora tu hijo, aquel bastardo, no tiene padre

Mi odio se vuelve menos...
Ahora lo se..

He de despedirme de una vida lejos de tu semilla
para cobrar venganza en el infinito
si es que ahí
he de alcanzarte

2 comentarios:

Jonas dijo...

wow!!! me encanto...
cuanta fuerza.

besotes hadita linda

Switch! dijo...

Órale, algo fuerte pero muy profundo, chido, chido.

Salu2!